



El recubrimiento en polvo es una técnica que proporciona un revestimiento extremadamente duradero. Sin embargo, pueden aparecer defectos como burbujas, agujeros de alfiler, cráteres o porosidad que, además de estropear el aspecto estético del revestimiento, pueden comprometer su funcionalidad, calidad y durabilidad. Las causas de estos problemas son diversas, pero pueden evitarse con algunos trucos.
Antes de aplicar el recubrimiento en polvo, es esencial que el sustrato esté limpio, seco y libre de cualquier contaminante. Esto es especialmente cierto para sustratos exhalantes, como fundiciones de acero, acero galvanizado, aluminio y sus aleaciones, ya que estos metales pueden liberar aire o gases durante el curado. Para conseguir una superficie limpia y lisa y facilitar la adherencia de la película de pintura, es necesario eliminar cualquier rastro de aceite, grasa, óxido u otros residuos del sustrato.
Las condiciones ambientales también influyen en el resultado del recubrimiento en polvo. Si el entorno de aplicación es demasiado caluroso o demasiado húmedo, pueden crearse condiciones desfavorables para la aplicación.
Las mejores condiciones para la aplicación son una temperatura máxima de 35°C y una humedad relativa inferior al 70%.
Una vez preparado el sustrato, la elección de un recubrimiento en polvo adecuado resulta crucial.
Para obtener resultados óptimos en este tipo de sustrato, es importante utilizar un recubrimiento en polvo de calidad que favorezca la desgasificación, es decir, la liberación de burbujas de aire o gas del sustrato y de la película de pintura.
La serie OGF de RIPOL está compuesta por pinturas en polvo a base de resinas de poliéster (capa de acabado, monocapa) y resinas epoxi o epoxi-poliéster (imprimación), formuladas para su aplicación sobre sustratos con desgasificación. Estas pinturas incorporan una tecnología especial que facilita el escape de los gases o el aire desprendidos del sustrato durante el curado, evitando la formación de burbujas o porosidad en la película de pintura y favoreciendo un resultado estético óptimo.
La serie de poliéster OGF también ofrece una excelente resistencia a la intemperie, a los rayos UV y a los productos químicos.
Para conseguir una buena distribución y adherencia de la pintura, hay que ajustar bien la presión del aire, la tensión electrostática, el espaciado y el ángulo de pulverización, recordando aplicar la pintura en capas finas y uniformes.
Siguiendo cuidadosamente todos los pasos, el recubrimiento en polvo del sustrato metálico será liso, homogéneo, sin defectos y duradero, un resultado que cumple los requisitos estéticos y funcionales del cliente.
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